Valores

  

Se nos hace imprescindible de una vez por todas empezar a plantear muy seriamente que es lo que le está pasando con nuestra especie.

No es ya cuestión de un desequilibrio de valores ni un análisis del valor en el sentido clásico, sino de plantearse si existen argumentos suficientes como para que realmente se dé la paradoja de la existencia de valor para hacer valores lo suficientemente serios que marquen una nueva ruta del ser humano.

¿En qué fallamos? La religión, la ciencia, el conocimiento de nosotros mismos, la falta de expectativas, el propio sentido de nuestra existencia,... ¿?

Creo que en este sentido casi todos, o más bien la mayoría, cree que la religión tal como se concibe en nuestros días está un poco caduca. Tal vez esta permanece como un símbolo de poder, como un argumento más de control sobre la especie humana. Porque obviamente, el sentido de Dios, es un sentido mucho más amplio, que se concreta menos en unas normas a seguir, que la necesidad real de pensar que después de esta vida habrá algo mejor de lo que ahora nos ha tocado vivir. Claro está si todavía eres creyente, porque si no eres persona de fe, difícilmente la religión podrá dar ningún sentido. De aquí que una de las posibles verdades que podemos decir sea que la religión ha dado un salto para pasar de lo divino a lo material, y que la única y verdadera religión es la del ser humano en sí mismo junto al planeta que acoge a la especie.

A su vez, llegar a alguna conclusión resulta difícil cuando el valor que se quiere hacer prevalecer es el valor de los valores que siempre fueron los establecidos. Es para pensarlo, cuando éstos lo único que han buscado siempre de cualquier forma ha sido rebuscar un beneficio a costa del propio ser humano o de la misma naturaleza.

Tanto la ciencia como el conocimiento de nosotros mismos van encaminados a conseguir un mayor bienestar con respecto al cuerpo y el espíritu, si bien, los límites son los que hacen difícil darle el propio sentido a su objetivo más profundo, dependiendo solo de qué manos sean las que toquen y lo limpias que estén.

Por los motivos que sean al final siempre nos acercamos a la palabra prohibida, futuro. Aunque el mañana será algo incierto siempre, no cabe duda, que cada paso que damos hoy es parte de ese mañana. Por este motivo creo que empiezan los problemas. Si lo que se intuye no es nada positivo, por lógica todos los pasos que damos hoy sólo nos llevan a satisfacer el sentido más perentorio de la vida. De esta forma que falta hacen los valores incluso cuando el sentido de la hermandad se va diluyendo, que falta hace nada, ni tan siquiera plantearse hacia dónde vamos. De dónde venimos lo sabemos, pero hacia dónde vamos..., siempre tendremos una duda sobre la misma duda. Valores, ser humano, y futuro, probablemente solo dependan de cambiar hacia un nuevo “sistema”.

Volver